A través
de mi equipaje.
El viaje que me
re-enamoró de mí.
El viaje hacia el cambio
es posible,
solo necesitas creer en él. Y en ti.
A estas alturas sabrás que la vida no es como la de los cuentos: ni la tuya, ni la mía, ni la de nadie. No todo es tan fácil como parece ni se resuelven los problemas en un párrafo. Pero si algo he aprendido a través de mi propia experiencia es que se puede. Con intención, consciencia, compromiso y sabiendo pedir ayuda, un cambio de rumbo es posible. Y te lo demuestro.
Después de dejar mi profesión de agente de viajes, lidiar con la muerte de mi padre y la lucha contra una grave enfermedad por trastorno alimentario, me encontraba buscando sentido a mi vida. Los días pasaban sin motivación alguna, sintiéndome totalmente vacía, perdida y desconectada. Fue entonces cuando inicié mi viaje: en 2016 empecé a formarme y me certifiqué como Coach. Después descubrí el mindfulness, la PNL, me instruí como terapeuta de Flores de Bach y estudié sobre nutrición consciente y saludable.
A medida que me formaba acerca del crecimiento personal, iba cambiando mi manera de estar presente en la vida, mi manera de pensar, de sentir, iba cambiando mi conciencia. En cada uno de esos pasos, se producían una especie de “clics” internos que me iban conectando cada vez un poquito más.
Pero fue con la llegada de la terapia regresiva que mi vida cambió por completo. En ese momento hice el clic más importante: todos los aprendizajes y los cambios de hábitos se consolidaron con la llegada de esta disciplina. Volví́ a enamorarme de mí y reconecté con aquella Marisa que había olvidado, pero que ya era.
Aquellas rutinas saludables que me esforzaba a realizar como una obligación, de repente, se integraron en mi vida de manera natural. Me liberé de un peso que me impedía avanzar y empecé a vivir de una manera más consciente, creyendo y sintiendo lo que hacía.
Ahora soy más optimista y positiva. No vivo a remolque, estoy presente y decido en todo momento qué es lo que quiero hacer, cómo lo quiero hacer y desde dónde lo quiero hacer. Vivo conectada a mi esencia y esto me hace disfrutar realmente de la vida. He dejado atrás mis miedos y he aprendido a ver, observar y valorar la vida desde otro lugar.
Y si yo pude hacerlo, ¿qué te hace pensar que es distinto para ti?